REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PODER JUDICIAL
Tribunal Penal de Control de la Circunscripción Judicial del estado Lara (Carora)
Carora, 28 de octubre de 2008
198º y 149º
ASUNTO PRINCIPAL : KP11-P-2008-000394
ASUNTO : KP11-P-2008-000394
FUNDAMENTOS DE HECHOS Y DE DERECHO DE LA DECISIÓN
DE LA AUDIENCIA DE PRESENTACIÓN DE IMPUTADO
Visto el escrito presentado por el Fiscal Octavo del Ministerio Público Abg. Briner Alí Daboin, donde solicita Audiencia a los fines de presentar a los ciudadanos JOSE GREGORIO CORONEL SANCHEZ, titular de la cedula de identidad Nº 18.360.379, fecha de nacimiento: 21-06-1984, lugar de nacimiento: Valencia Estado Carabobo, Venezolano, Casado, chofer, domiciliado en el Barrio Luís Herrera calle Villalba Casa Nº 114, cerca de del Liceo Guerras Méndez y al lado un CDI, Valencia Estado Carabobo y, FREDDY ALEXANDER CORONEL SANCHEZ, titular de la cedula de identidad Nº 18.360.405, fecha de nacimiento: 05-05-1983, lugar de nacimiento: Valencia Estado Carabobo, Venezolano, soltero, obrero, domiciliado en el Barrio Luís Herrera, calle Villalba, Casa Nº 114, cerca de del Liceo Guerras Méndez y al lado un CDI, Valencia Estado Carabobo Estado Lara., donde propone para este imputado que se decrete la aprehensión flagrante, se ordene se siga la investigación por el procedimiento Ordinario y, se reserva la medida de coerción personal para solicitarla en la respectiva Audiencia, por la presunta comisión del delito de Lesiones Personales, previsto y sancionado en el Artículos 413 del Código Penal.
Celebrada audiencia privada para oír a las partes previo el cumplimiento de las formalidades legales estando presentes la representación del Ministerio Público, los imputados, la Abg. Daysi Salas, en su condición de Defensa Pública.
La representación del Ministerio Público, expone de manera sucinta de forma oral su pretensión sobre la base de las actuaciones presentadas, las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las cuales tuvo lugar la aprehensión de los ciudadanos José Gregorio Coronel Sánchez Y Freddy Alexander Coronel Sánchez, a quienes se les imputa la presunta comisión del delito: LESIONES PERSONALES, previsto y sancionado en el Art. 413 del Código Penal Vigente, así mismo solicito que la presente causa se siga por la vía del PROCEDIMIENTO ORDINARIO con base a lo previsto en el Art. 280 ejusdem, en aras de garantizar las resultas del proceso solicito para los ciudadanos José Gregorio Coronel Sánchez titular de la cedula de identidad Nº 18.360.379 y Freddy Alexander Coronel Sánchez titular de la cedula de identidad Nº 18.360.405, Asimismo, solicito se decrete la aprehensión en flagrancia. Solicito que se me admita la precalificación fiscal y por los delitos de lesiones genéricas y daños a la propiedad de conformidad con el Art. 473 Ord. 2° del Código Orgánico Procesal Penal, y solicito le sea decretada Medida Cautelar Sustitutiva de Privación de Libertad de conformidad con el Art. 256 ordinal 3° igualmente solicito que una vez realizada la presente audiencia le sea expedida copia simple de la misma. Es todo.
Se le concedió la palabra a los imputados, luego de ser impuesto del precepto constitucional del Artículo 49 ordinal 5° de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y de las medidas alternativas a la prosecución del proceso, según lo indica el Artículo 131 del Código Orgánico Procesal Penal, quienes manifestaron su deseo de no querer declarar. Es todo.
Seguidamente se le concedió la palabra al Defensor, quien expone: En virtud del de la buena fe de la fiscalia se adhiere a la solicitud en relación al procedimiento y la medida cautelar, solicito que no se decrete la aprehensión en flagrancia y solicito que las presentaciones de mi defendido sean mensuales a los fines de que continué con sus labores de trabajo. Es todo.
Oídos los alegatos de las partes, este Tribunal para decidir, observa:
PRIMERO: Quien aquí juzga considera que en el presente caso no puede calificar como flagrante la detención de los ciudadanos José Gregorio Coronel Sánchez y, Freddy Alexander Coronel Sánchez, por cuanto, los mismos fueron aprehendidos en fecha 25 de Octubre de 2008, cuando funcionarios adscritos a la tercera Compañía del Destacamento Nº 47 del Comando Regional Nº 04 de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela, siendo aproximadamente las 6:20 horas de la mañana, se encontraban de servicio en el puesto Peaje Gral. Juan Jacinto Lara, ubicada en la carretera Lara Zulia, sector Santa Rosa, Parroquia las Mercedes del Municipio Torres del Estado Lara, cumpliendo funciones inherentes al servicio de seguridad, cuando se presentó un ciudadano quien quedó identificado como Rubén Antonio Valbuena, con el fin de formular denuncia, manifestando que dos ciudadanos que conducían un vehículo Marca Toyota, Modelo Dyna, lo venían persiguiendo lanzándole piedras y, le habían partido el vidrio lateral izquierdo del vehículo, causándole una lesión en el brazo izquierdo a él, porque les llamó la atención en el sector puricaure, en ese instante se acerca un vehículo Marca Toyota, Modelo Dyna, color blanco, clase camión, tipo chuto, uso carga, placa 78J-VAX, manifestando el ciudadano denunciante que ese es el vehículo en que lo perseguían, indicándole al conductor del mismo que se estacionara al lado derecho de la vía, procediendo a identificar el mismo y, a su acompañante, como José Gregorio Coronel y, Freddy Alexander Coronel, procediendo a realizar una revisión al vehículo encontrando en su interior un trozo de bloque, un trozo de asfalto, una cava térmica color rojo con tapa blanca, marca coleman, contentiva en su interior de tres botellas de cervezas llenas y, una botella de cerveza vacía, procediendo a imponer a los ciudadanos el motivo de su detención, siendo trasladados tanto los aprehendidos, con lo incautado para ser puestos a lo orden del organismo competente, se notificó al Fiscal del Ministerio Público y, siendo que, esa representación fiscal solicita la aplicación del procedimiento ordinario establecido en el Código Orgánico Procesal Penal, sin embargo, considera este Tribunal que el procedimiento ordinario es incongruente con la detención en flagrancia, por cuanto, la flagrancia implica que estén dados todos los elementos del delito, que exista un imputado y elementos de la responsabilidad de aquel, es decir que la flagrancia será la constatación subjetiva del delito, se refiere a sorprender a una persona determinada en una situación delictual e identificarla en el lugar del hecho, en este caso el Ministerio Público necesita recabar elementos para poder emitir su acto conclusivo, entonces no podemos considerar la aplicación indistinta del procedimiento abreviado u ordinario en los casos de aprehensión por flagrancia, ya que, la intención del legislador al otorgarle a la flagrancia un procedimiento especial, dispuesto así en los Artículos 249 y 372.1 del Código Orgánico Procesal Penal, es que la misma sea tramitada por un procedimiento abreviado sobre la base del principio de la celeridad y, economía procesal, que suprima las fases preparatoria e intermedia del proceso penal que se deriva en ahorrar tiempo y esfuerzo en la administración de justicia, dada la evidencia de la comisión del delito y la imputabilidad en este caso.
En consecuencia, aún cuando la detención pareciese que se produjo bajo supuesto previsto en el artículo 248 del Código Orgánico Procesal Penal, por cuanto, los imputados fueron detenidos en el peaje Gral. Juan Jacinto Lara, encontrándole en el vehículo un trozo de bloque, un trozo de asfalto, entre otros, es por lo que, debe el Ministerio Público determinar los elementos necesarios para presentar su acto conclusivo, elementos que harán la configuración del tipo penal invocado y los elementos que determinen la culpabilidad del imputado en los hechos expuestos y así lo ha establecido el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Constitucional (28 de Mayo de 2003):
“…no se concibe la aplicación del procedimiento abreviado como una opción por parte del fiscal, sin estimar previamente la veracidad de la flagrancia en un caso concreto, vale decir, ante un caso de flagrancia, el fiscal al valorar adecuadamente los hechos y tipificar la conducta procesal adecuada del imputado, deberá solicitar la aplicación del procedimiento abreviado, pero si en el caso concreto existen situaciones que podrían ser sospechosas de forjamiento o que desvirtúen la flagrancia alegada, el fiscal debe solicitar el procedimiento ordinario, a fin de salvaguardar los derechos procesales del imputado y averiguar mejor las conexiones del delito o la existencia de una posible conspiración o cualquier otra causa que necesite dilucidarse mejor. Por ello, si hay que verificar circunstancias fuera del hecho flagrante, la posibilidad de un procedimiento abreviado desaparece, ya no se puede tomar el hecho como un delito in fraganti, y es en ese momento cuando el fiscal solicita la aplicación del procedimiento ordinario, el cual será sometido a la calificación y autorización respectiva por el Juez de Control. Siendo ello así, no es viable que en la hipótesis de que el Fiscal solicite la flagrancia y ésta sea acordada, el Juez aplique el procedimiento ordinario, tal como lo plantea la sentencia accionada, ya que admitir lo contrario, sería convertir tan preciado Código en meros enunciados de carácter programático y dejar sin efecto sus disposiciones, ya que se seguiría el procedimiento ordinario para aquellos delitos que, justamente ha querido el legislador, sean de rápido trámite y juzgamiento. Por ello, al estimar los juzgados competentes que el hoy recurrente estaba cometiendo un delito flagrante al momento de ser aprehendido, debe aplicarse el procedimiento especial conforme lo dispone el artículo 372 numeral 1 del Código Orgánico Procesal Penal, ya que la ley adjetiva es imperativa para el Ministerio Público de regirse por el procedimiento abreviado cuando se verifique la existencia del elemento flagrancia…” Subrayado nuestro.
Y más recientemente, con ocasión de un Recurso de Interpretación del Artículo 44.1 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en relación a la articulación de la flagrancia en los delitos de violencia de Género, estableció la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia:
“El concepto de flagrancia en nuestra doctrina y jurisprudencia penal tradicionalmente se ha limitado a la captura inmediata; es decir, a la aprehensión del autor del delito en el lugar de los hechos a poco de haberse cometido el delito. Esta conceptualización de la flagrancia parte de una separación entre la detención y el delito que no es exacta; confundiendo por un lado, dos figuras que si bien están relacionadas, son disímiles; además, se ha hecho énfasis en la aprehensión del sujeto cuando lo importante es la comisión del delito. Se refiere la Sala a la diferencia existente entre el delito flagrante y la aprehensión in fraganti; y a la concepción del delito flagrante como un estado probatorio.
En efecto, la doctrina patria autorizada más actualizada, con ocasión a lo preceptuado en el artículo 44.1 de la Constitución y en el artículo 248 del Código Orgánico Procesal Penal, distingue entre ambas figuras. El delito flagrante, según lo señalado en los artículos 248 y 372.1 del Código Orgánico Procesal Penal, constituye un estado probatorio cuyos efectos jurídicos son: a) que tanto las autoridades como los particulares pueden detener al autor del delito sin auto de inicio de investigación ni orden judicial, y, b) el juzgamiento del delito mediante la alternativa de un procedimiento abreviado. Mientras que la detención in fraganti, vista la literalidad del artículo 44.1 constitucional, se refiere, sin desvincularlo del tema de la prueba, a la sola aprehensión del individuo (vid. Jesús Eduardo Cabrera Romero, El delito flagrante como un estado probatorio, en Revista de Derecho Probatorio, Nº 14, Ediciones Homero, Caracas, 2006, pp. 9-105).
Según esta concepción, el delito flagrante “es aquel de acción pública que se comete o se acaba de cometer, y es presenciado por alguien que sirve de prueba del delito y de su autor” (vid. op. cit. p. 33). De manera que “la flagrancia del delito viene dada por la prueba inmediata y directa que emana del o de los medios de prueba que se impresionaron con la totalidad de la acción delictiva” (vid. op. cit. p. 11) producto de la observación por alguien de la perpetración del delito, sea o no éste observador la víctima; y si hay detención del delincuente, que el observador presencial declare en la investigación a objeto de llevar al Juez a la convicción de la detención del sospechoso. Por tanto, sólo si se aprehende el hecho criminoso como un todo (delito-autor) y esa apreciación es llevada al proceso, se producen los efectos de la flagrancia; lo cual quiere decir que, entre el delito flagrante y la detención in fraganti existe una relación causa y efecto: la detención in fraganti únicamente es posible si ha habido delito flagrante; pero sin la detención in fraganti puede aún existir un delito flagrante.
Así también tenemos, la decisión aún más reciente de la Sala Constitucional, de fecha 23 de Octubre del 2007, sentencia N° 1981; siendo que lo importante a destacar es que la concepción de la flagrancia como un estado probatorio hace que el delito y la prueba sean indivisibles. Sin las pruebas, no solo no hay flagrancia sino que la detención de alguien sin orden judicial no es legítima. O como lo refiere el autor glosado:
“El delito flagrante implica inmediatez en la aprehensión de los hechos por los medios de prueba que los trasladarán al proceso, y esa condición de flagrante, producto del citado estado probatorio, no está unida a que se detenga o no se detenga al delincuente, o a que se comience al instante a perseguirlo. Lo importante es que cuando éste se identifica y captura, después de ocurridos los hechos, puede ser enjuiciado por el procedimiento abreviado, como delito flagrante” (vid. op. cit. p. 39).
La detención in fraganti, por su parte, está referida o bien a la detención de la persona en el sitio de los hechos a poco de haberse cometido, lo cual es la ejemplificación más clásica de la flagrancia, o bien a la aprehensión del sospechoso a poco de haberse cometido el hecho en el mismo lugar, o cerca del lugar donde se cometió, con armas, instrumentos u otros objetos que de alguna manera hagan presumir con fundamento que él es el autor, es decir, lo que la doctrina impropiamente denomina la cuasi-flagrancia.
El estado de flagrancia que supone esta institución se refiere a sospechas fundadas que permiten, a los efectos de la detención in fraganti, la equiparación del sospechoso con el autor del delito, pues tales sospechas producen una verosimilitud tal de la autoría del delito por parte del aprehendido que puede confundirse con la evidencia misma. Sin embargo, la valoración subjetiva que constituye la “sospecha” del detenido como autor del delito queda restringida y limitada por el dicho observador (sea o no la víctima) y por el cúmulo probatorio que respalde esa declaración del aprehensor. Si la prueba existe se procede a la detención inmediata.
Respecto a esta figura la Sala señaló, en su fallo Nº 2580/2001 de 11 de diciembre, lo siguiente:
“En este caso, la determinación de la flagrancia no está relacionada con el momento inmediato posterior a la realización del delito, es decir, la flagrancia no se determina porque el delito ‘acaba de cometerse’, como sucede con la situación descrita en el punto 2 [se refiere al delito flagrante propiamente dicho]. Esta situación no se refiere a una inmediatez en el tiempo entre el delito y la verificación del sospechoso, sino que puede que el delito no se haya acabado de cometer, en términos literales, pero que por las circunstancias que rodean al sospechoso, el cual se encuentra en el lugar o cerca del lugar donde se verificó el delito, y, esencialmente, por las armas, instrumentos u otros objetos materiales que visiblemente posee, es que el aprehensor puede establecer una relación perfecta entre el sospechoso y el delito cometido” (corchetes y resaltado añadidos).
Aunque distinguible del delito flagrante, la aprehensión o detención in fraganti también forma parte del estado probatorio de la flagrancia, al punto de que es necesario que exista una vinculación entre el cúmulo probatorio que conforma la sospecha con el delito cometido. Es decir, que exista la comisión de un delito y que alguien en el sitio de los hechos probatoriamente pueda ser conectado con él.
Ahora bien, sea delito flagrante o sea aprehensión in fraganti es al Juez a quien le corresponde juzgar la flagrancia. Para tal fin, el Juez debe determinar tres parámetros: a) que hubo un delito flagrante; b) que se trata de un delito de acción pública; y c) que hubo una aprehensión in fraganti, por lo que es necesario que existan elementos probatorios que hagan verosímil la existencia de estos parámetros. Luego, toda la problemática de la flagrancia gira alrededor de una decisión que la reconozca y, por ende, de las pruebas que la sustenten (vid. op. cit. pp. 98 y 100).”
SEGUNDO: En vista de lo expuesto y, por cuanto el Ministerio Público pide la aplicación del procedimiento ordinario, siendo esto potestativo del Ministerio Público, quien considerará cual procedimiento se aplicará en atención a como ocurrió la detención, este Tribunal considera que el Ministerio Público no dispone en este momento de los elementos de convicción suficientes para realizar un acto conclusivo, toda vez que de acuerdo a las actuaciones practicadas falta por recabar actuaciones y otros elementos que deben ser objeto de análisis por parte del Ministerio Público, razón por lo que, lo procedente es decretar la aplicación del PROCEDIMIENTO ORDINARIO, de conformidad con lo previsto en el artículo 373 del Código Orgánico Procesal Penal.
TERCERO: En cuanto a la Medida Cautelar Sustitutiva de Libertad solicitada por el Ministerio Público, para los imputados de autos; este Tribunal observa que la imposición de medidas de coerción personal no depende de la calificación o no de la detención como flagrante, sino de verificar si dan los supuestos del Artículo 250 del Código Orgánico Procesal Penal, a saber:
“Artículo 250. Procedencia. El Juez de control, a solicitud del Ministerio Público, podrá decretar la privación preventiva de libertad del imputado siempre que se acredite la existencia de: 1. Un hecho punible que merezca pena privativa de libertad y cuya acción penal no se encuentre evidentemente prescrita; 2. Fundados elementos de convicción para estimar que el imputado ha sido autor o partícipe en la comisión de un hecho punible; 3. Una presunción razonable, por la apreciación de las circunstancias del caso particular, de peligro de fuga o de obstaculización en la búsqueda de la verdad respecto de un acto concreto de investigación.”
Entonces tenemos que se desprende de las actuaciones elementos suficientes para presumir que nos encontramos en presencia de la comisión de un hecho punible, cuya acción no se encuentra evidentemente prescrita, toda vez que los imputados de autos, fueron aprehendidos en el puesto Peaje Gral. Juan Jacinto Lara, ubicada en la carretera Lara Zulia, sector Santa Rosa, Parroquia las Mercedes del Municipio Torres del Estado Lara, donde se encontraba un ciudadano quien quedó identificado como Rubén Antonio Valbuena, quien formuló denuncia, manifestando que dos ciudadanos que conducían un vehículo Marca Toyota, Modelo Dyna, lo venían persiguiendo lanzándole piedras y, le habían partido el vidrio lateral izquierdo del vehículo, causándole una lesión en el brazo izquierdo a él, porque les llamó la atención en el sector puricaure; estando en presencia del supuestos previsto en el Art. 413 y, 473 Ord. 2° del Código Penal, pues la conducta desplegada por los imputados se ajusta a Lesiones Genéricas y, Daños a la Propiedad. Así mismo, existen fundados elementos de convicción para estimar que los imputados de autos son los autores de los hechos imputados, lo cual se desprende de la forma en que ocurrió la aprehensión reflejada en la Denuncia, Actas de Entrevistas, Acta de Registro, Planilla de Registro de Cadena de Custodia, Orden de Inicio de Investigación y, de diligencias a practicar, Acta de Investigación penal, de fecha 25 de Octubre de 2008, suscrita por funcionarios adscritos a la Tercera Compañía del Destacamento Nº 47 de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela. En atención a tales consideraciones y, por cuanto, es necesario que se estimen acreditados los tres elementos enunciados a los fines de imponer cualquier medida de coerción personal y, siendo que el Ministerio Público solicita una Medida Cautelar sustitutiva de Libertad, para los imputados José Gregorio Coronel Sánchez Y Freddy Alexander Coronel Sánchez y, por cuando nos encontramos en presencia de un delito que no amerita una medida privativa de libertad, se declara procedente y, se impone la prevista en el art. 256 ord. 3 del Código Orgánico Procesal Penal, consistente en presentación cada treinta (30) días. Así se decide.
DECISIÓN
Por todas las razones de hecho y derecho antes expuestas, es por lo que este Tribunal de Control N° 10 del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, Extensión Carora, ADMINISTRANDO JUSTICIA, EN NOMBRE DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA Y POR AUTORIDAD DE LA LEY, NO DECRETA la aprehensión de los ciudadanos José Gregorio Coronel Sánchez y Freddy Alexander Coronel Sánchez plenamente identificado al comienzo del presente fallo como FLAGRANTE; Ordena la aplicación del PROCEDIMIENTO ORDINARIO, decreta MEDIDA CAUTELAR SUSTITUTIVA DE LIBERTAD, de conformidad al artículo 256 ord. 3 del Código Orgánico Procesal Penal, para los imputados de autos, por la comisión de los delitos de Lesiones Genéricas y Daños a la Propiedad de conformidad con el Art. 413 y, 473 Ord. 2°; todo de conformidad con lo dispuesto en los artículos 248, 250, 251, 256, 373 del Código Orgánico Procesal Penal. Notifíquese, Regístrese y Diarícese.
La Jueza de Control N°10
Abg. Ileana Nohemí Rojas Rojas
La Secretaria
Abg. Rosalyn Torcate
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